¿Has experimentado alguna vez la decepción de que alguien incumpla sus compromisos laborales? Lamentablemente, tales circunstancias son una realidad que enfrentamos, y aunque la responsabilidad del incumplimiento recae en la contraparte, no podemos obviar nuestra propia culpa por ser demasiado confiados y por omitir la formalidad de establecer un contrato de antemano. Ya sea que el individuo en cuestión sea un íntimo amigo o un miembro de la familia, resulta imperativo recurrir a la formalidad de un contrato para garantizar la tranquilidad y seguridad mutua.
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Debe existir un apartado donde se especifique quién es el contratante y quién el prestador y quien el contratante.
Prestador.- El que presta sus servicios, o sea tú.
Contratante.- Quién contrata tus servicios, el cliente.
Ya sea que quiera un logo, un proyecto de imagen corporativa, creativos para redes sociales o videos corporativos. Es esencial que venga estipulado en el contrato.
Cada servicio que vayas a ofrecer debe incluir su precio, ya sea por hora o por proyecto pero debe especificarse en esta parte. Como tip adicional te recomiendo hagas un apartado que diga “ronda de cambios” e incluir un porcentaje del precio total así si tu cliente se pone creativo y te pide cambios de último momento, esto ya vendrá incluido en el precio final.
Transferencia, cheque, efectivo o como quieras, pero debe estar especificado. Además deberá incluir los días de pago. Si te sirve de tip siempre es recomendable pedir un 50% de anticipo antes de comenzar el proyecto. Si lo deseas hacer de esta manera igual debes incluir esa parte en el contrato.
En esta parte se deberá incluir el día final del proyecto, así no habrá malos entendidos y las dos partes están conscientes de que el proyecto termina en un día determinado.
Como hemos dicho anteriormente, este contrato debe proteger a las dos partes, por lo que se debe incluir un apartado donde incluya alguna penalización por la cancelación del mismo (25% del presupuesto final del proyecto), y además qué hacer en caso de suspensión del proyecto y qué hacer en caso de que al cliente no le guste el trabajo final.
Deberá estipularse que al terminar el proyecto (pagado), el cliente tiene los derechos totales del diseño, antes no y cualquier uso puede ser sancionado.
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